Me la suda, eres carne cruda y muda.
As?ue quieres estar en el punto de mira?
Cada rima un cad?r.
Todos al suelo (x2)

Yo hab?o? muchas veces esta amenaza en los labios tr?los por el odio de un hombre a otro hombre. Y siempre pens?ue los cegaba la ira en su imposible y loco desaf?

Todo suele quedar en un pu?zo, un bofet?una cuchillada en la mejilla. Solo en ti se ha cumplido literalmente la brutal amenaza. De arriba abajo, en un solo tajo. ¡Mira que te parto la cara!

Mi cristo roto es terrible en sus exigencias, no concede treguas, me lo ha prohibido tambi? Yo cre?al principio que le gustaba, al menos lo toleraba silencioso. Hasta que un d?no pudo aguantar m?y me interrumpi?veramente. “Basta, he tolerado tu juego demasiado tiempo, no acabas de comprenderme. No me pongas m?esas caras que pides de limosna al arte de los hombres, quiero estar as?sin cara”

Yo estaba ya asustado. Le tuve miedo a cristo. Labios repugnantes, con babas. Ojeras hundidas. Marcadas a fuego y lujuria. Pupilas obnubiladas y viscosas de los drogados. Aliento inaguantable a vino fermentado de los borrachos. Calidez de madrugada s?da en el vicio. Rictus de amargura de desesperaci? de odio. Turbadoras miradas de perversi?de complejos psicol?os. Misteriosas subterr?as anormalidades. Cristo, no sigas! Es inhumano!

En El Nombre De Cristo!

A mi cristo roto lo encontr?n Sevilla. En “El Jueves”, ese pintoresco doble sevillano de “El Rastro” madrile?Y se dice “ir al jueves”; pues yo “fui al jueves. Y en el jueves encontr?i cristo.