Ayer, madre querida, tuve un hermoso sue?tan bello que quisiera que fuera verdad y eterno...

Los hombres no hablan de guerra, no se matan como bestias, no existe el odio ni envidia, siempre luz en las estrellas...
¡Qu?onito vivir si los sue?me alimentasen...!

¡Me echar?a dorm?para que no me despertasen...!

¡Ahh, ahh, ahh, ahhh!

¡Ahh, ahh, ahh, ahhh!

Y la juventud cantaba con amor y con grandeza, y al sol se calentaban los viejos con su paciencia. Y los ni?que en la escuela quieren de todo aprender, con sus cantos de inocencia llenan el atardecer...

¡Qu?onito vivir si los sue?me alimentasen...!

¡Me echar?a dormir para que no me despertasen...!

¡Ahh, ahh, ahh, ahhh!

¡Ahh, ahh, ahh, ahhh!

Y las mujeres alegres que en su regazo adormecen, a sus hijos con ternura mientras las ciudades crecen. ¿Verdad, madre, que es muy bello todo cuanto yo so?.?

Voy a dormirme de nuevo, a ver si sue?tra vez...

¡Ahh, ahh, ahh, ahhh...!

¡Ahh, ahh, ahh, ahhh...!