Dios a mi me dio una santa,
que me mira desde el cielo,
mi conciencia está en sus manos,
entre sus alas me duermo.

Su virtud es la pureza,
el deseo es su pecado,
mirando hacia el infinito,
con el pecho iluminado.

Y es que mi santa es como
cualquier otra santa,
cara de niña y cuerpo de mujer
y alma de anciana.

Dios a mi me dio una santa,
que me mira desde el cielo,
mi conciencia está en sus manos,
entre sus alas me duermo.

Cuidame todas las noches,
sobre volando mi cama,
has que sienta tu presencia,
santa hermosa de mi alma.

Y nunca dejes
que me pierda en este mundo inhóspito,
que si me apartas de tu lado
sólo soy un ciego.

Dios a mi me dio una santa,
que me mira desde el cielo,
mi conciencia está en sus manos,
entre sus alas me duermo.

Dios a mi me dio una santa,
que me mira desde el cielo,
mi conciencia está en sus manos,
entre sus alas me duermo.

Dios a mi me dio una santa.